En un contexto de creciente ocupación de las ciudades, donde el Cambio Climático acelera este proceso debido a las numerosas alteraciones del hábitat, aquellas deben desarrollar una especial resiliencia, para garantizar la supervivencia y bienestar humanos. Entre otros efectos, se observa un aumento de los episodios extremos como las olas de calor, los cuales afectan de forma desigual a las distintas urbes, así como a su población, que se adapta también de forma distinta. Para el caso de Córdoba, se prevé un aumento de temperatura en los escenarios IPCC de los más elevados. Ante esto, la vivienda, presentada como un factor protector de la salud y el bienestar de las personas, ha de adaptarse, cumpliendo su función protectora frente a las inclemencias exteriores. Es por ello que se aborda una aproximación de la caracterización energética de las viviendas cordobesas utilizando la información disponible sobre su calificación, agrupada en clústeres de aproximación georreferenciados. Los resultados arrojan una calificación mayoritaria muy deficiente, relacionada también con el desarrollo urbano, y vertebrada principalmente sobre el eje norte-sur. Esto sugiere la necesidad de estudios más profundos transdisciplinarios, con indicadores socioeconómicos u otros del municipio, que ayuden a elaborar respuestas locales más realísticas, ajustadas y probablemente menos costosas, ante escenarios poco optimistas.