“…Existen otros tipos, como la amiloidosis senil (AS) y la amiloidosis relacionada con la hemodiálisis (AB2-M). (García-Escudero et al, 2010) En este mismo orden de ideas Parrón, Rivera, & Santacruz (2011) también han coincidido al exponer que, efectivamente es posible clasificar la multiplicidad de formas clínicas de amiloidosis conforme a la manifestación característica de la estructura fibrilar, pero una clasificación más conveniente, desde el punto de la clínica, podría ser: 1) amiloidosis sistémica primaria (tipo AL) es una discrasia de células plasmáticas que da lugar a una proliferación clonal de dichas células en la médula ósea, aunque sus manifestaciones iniciales más frecuentes son fatiga y pérdida de peso, la miocardiopatía y el compromiso neuropático son los rasgos predominantes de este tipo de amiloidosis; 2) amiloidosis asociada a mieloma múltiple (tipo AL), la prevalencia de la amiloidosis en el mieloma múltiple es del 10%; 3) amiloidosis secundaria reactiva (tipo AA) asociada a enfermedades infecciosas o inflamatorias crónicas incluyendo la artritis reumatoide, artritis idiopática juvenil, espondilitis anquilosante, fiebre mediterránea familiar, infecciones crónicas y neoplasias. El órgano que con mayor frecuencia se afecta en amiloidosis (AA) es el riñón (80%).…”