La economía mexicana ha tenido un débil crecimiento económico en las últimas décadas. Entre 1995 y 2020, el crecimiento promedio anual del PIB ha sido, apenas, del 2.2%; además, en los dos episodios de contracción económica severa en las crisis de 2009 y 2020 se han dado procesos de redistribución del ingreso en contra del trabajo, los cuales no se revierten cuando se reactiva el crecimiento económico, provocando una mayor precarización laboral y pobreza.