“…En el marco de las reformas educativas globales, los principios asociados a la simple cuantificación del proceso educativo, a menudo en códigos gerenciales y de fácil difusión, parecen hegemónicos en una buena porción del planeta (Díaz, Kawada, Chávez y Monzón, 2019). Aunque se prodiguen críticas desde diversos sectores más o menos próximos a la práctica educativa, parece extenderse, como una mancha de aceite, la percepción generalizada de que este enfoque, proclive a la estandarización, es el más adecuado para resolver los problemas que apremian a los sistemas educativos contemporáneos.…”