Resumen. Cervantes utiliza múltiples recursos expresivos y formales para constituir un texto burlesco, pero casi siempre dominado por el afán de una crítica personal que puede incluso involucrarle a él mismo, puesto que alude a sus posibles carencias literarias. Para ello utiliza frecuentemente al narrador ficticio, que es el propio Licenciado y aun a otros terceros narradores. La variedad de técnicas implica un enriquecimiento de las perspectivas que utiliza, de forma que el autor es capaz de crear un mundo variado y rico, como es la propia vida social e individual que trata de reflejar y que consigue siempre con sorna, pero sin acritud y con una buena dosis de comprensión para los defectos que critica.