La obesidad es una enfermedad metabólica crónica asociada a un incremento de la morbimortalidad cuya prevalencia se ha incrementado a niveles pandémicos lo que la constituye como un factor de riesgo clínico típico de peor pronóstico en pacientes con COVID-19. El propósito de esta revisión fue categorizar los principales factores fisiopatológicos que influyen en la gravedad de COVID-19 en pacientes con obesidad, mediante la búsqueda sistemática de artículos publicados hasta el 11 de marzo de 2022 usando diferentes bases de datos (Scopus, Cochrane, PubMed, Web of Science y Medline).Los resultados indican que la presencia de angiotensina II permite el ingreso del virus SARS-CoV-2 en las células del tejido adiposo convirtiéndolo en un depósito importante del virus lo que causa una diseminación más rápida a órganos vecinos. Estos valores incrementados de angiotensina II en el pulmón pueden inducir a vasoconstricción que a su vez conduce a un desajuste de ventilación/perfusión e hipoxemia, así como a inflamación y daño oxidativo. El incremento de la angiotensina II en pacientes con obesidad puede exacerbar el aumento del nivel de angiotensina II inducido por COVID-19, lo que lleva a una lesión pulmonar más grave, además de la formación de microcoágulos que colapsan la irrigación a nivel capilar, sobre todo la del alveolo, causando fallo a este nivel con extravasación de líquidos y neumonía fulminante. Además, la obesidad produce una alteración del sistema inmune comprometiendo así su capacidad de respuesta ante la infección respiratoria y propiciando un empeoramiento de la enfermedad.