“…En líneas generales, las infecciones palúdicas producen del 3 % al 15 % de los casos de anemia, la cual resulta de la depleción de eritrocitos no parasitados con liberación de merozoitos, destrucción inmunológica de eritrocitos parasitados, pérdida de la deformabilidad del glóbulo rojo, y/o de la disfunción de la médula ósea que genera un proceso de eritropoyesis inefectiva. Pero, de estos, el 25 % de los mismos constituyen casos de anemia grave en las embarazadas que habitan en regiones endémicas, producto del secuestro eritrocitario placentario, hemólisis, eritropoyesis inefectiva, inhibición de la liberación de reticulocitos, destrucción prematura de los eritrocitos durante su fase de maduración en la médula ósea, e/o hiperesplenismo (2,14,35,(52)(53)(54)(55)(56). La anemia grave se define como valores de hemoglobina menores a 7 g/dl y esta puede ocasionarle a la gestante con infección malárica una alta morbimortalidad maternofetal y complicaciones como fetos de bajo peso al nacer, parto pretérmino y muerte por hemorragia posparto.…”