Este estudio se enfoca en la consolidación de los procesos autónomos infantiles como elementos esenciales, fundamentando la comprensión del desarrollo integral del niño, la importancia de experiencias de aprendizaje significativas y la intencionalidad formativa en entornos escolares y otros contextos educativos. El propósito consiste en brindar a los niños la oportunidad de explorar el mundo, fomentando la autonomía mediante actividades que fomenten la independencia progresiva del adulto. El artículo presenta cuatro categorías emergentes: aproximaciones cognitivas y comportamentales en experiencias de aprendizaje, estructuras de desarrollo para el autocuidado y cuidado del entorno, relaciones del juego con el esquema corporal y las emociones, y la resignificación de espacios interactivos de aprendizaje. Estas categorías promueven un aprendizaje inspirador y experiencial, fortaleciendo hábitos de independencia y vinculando mente, cuerpo y emoción. La investigación, de naturaleza cualitativa, utiliza diversas estrategias metodológicas que potencian el humanismo, adoptando un paradigma hermenéutico, basándose en la Investigación-Acción. La observación participante, el juego de roles y el mural de situaciones se emplean como métodos de recopilación de información.