El presente trabajo presenta una aproximación a los espacios funerarios situados en la zona del centro peninsular, en la vertiente sur del Sistema Central, caracterizados por la existencia de diferentes tipologías de inhumaciones entre las que destaca la presencia de tumbas labradas en la roca. Se trata de un estudio que no se limita a investigar las características de este tipo de inhumaciones, sino que trata un aspecto esencial como es su integración en el paisaje, del que formarían parte como uno de los elementos indicadores del poblamiento rural tardoantiguo (ss. VI-VIII) y altomedieval (ss. IX-XII). Los ritos y las prácticas funerarias constituyen uno de los componentes fundamentales de cualquier grupo humano y gracias al registro arqueológico podemos hacer una aproximación a los espacios funerarios en esta época de transformaciones. La prospección arqueológica se muestra como una herramienta fundamental para caracterizar la organización del territorio. A través del análisis de las relaciones establecidas entre estos espacios funerarios, los lugares de hábitat conocidos y los edificios de culto tratamos de comprender la dinámica de poblamiento de las comunidades campesinas que generaron y explotaron estos paisajes.