I. INTRODUCCIÓNHace algunos meses esta revista publicó una interesante discusión sobre historia urbana basada en mi reciente obra, Madrid y la economía española, 1560-1850. En su artículo, el profesor Santos Madrazo, al tiempo que íor-mulaba una serie de preguntas acerca de mi utilización de las fuentes, aludía también a problemas más interesantes relativos al lugar de la historia urbana en la estructura y en el proceso de cambio histórico'. En concreto, Madrazo menciona tres cuestiones interrelacionadas: a) la utilidad de los supuestos «smitheanos»; b) la premisa de que las ciudades producen unos fenómenos sociales y culturales únicos o nuevos, y c) el problema de la dependencia de interpretaciones ecológicas. Estos tres temas son los más interesantes e importantes, ya que tratan del lugar de las fuerzas motrices en la historia y, por lo tanto, mi respuesta a la crítica de detalles efectuada por Madrazo la he dejado para el apéndice.
a) El supuesto smitheanoEl interés del profesor Madraao por mi enfoque «smitheano» y por la utilización de los mercados y del comercio para explicar el cambio es, posiblemente, una reacción a la afirmación de Smith sobre «...una cierta propensión en la naturaleza humana..., la propensión a hacer trueques, a permutar y a cambiar una cosa por otra» ^ esto es. que el hombre « tundamentalmente un hombre económico. Evidentemente, éste es un postulado de la Ilustración que cuenta con serias limitaciones, limitaciones ya aparentes para algunos analistas del siglo xviii. Desgraciadamente, mi interés ^oi ios modelos comerciales y de mercado fue interpretado por el profesor Madrazo ' Madrazo Madrazo (1986);Ringrose (1985). ' Smith (1937), p. 13.