Arritmias Y Recovecos Del Post-Neoliberalismo en América Latina

Abstract

Este artículo introduce la pregunta si América Latina está transitando hacia una época de post-neoliberalismo y, a la vez, en qué dirección sería esa eventual transición. Un tiempo fundacional de esta pregunta, ubicada en la “superestructura política” del sistema, fue el de la emergencia e instalación desde el inicio del siglo XXI de un grupo apreciable de gobiernos que dentro de las categorías tradicionales fueron entendidos de “centro-izquierda”, antecedidos de una serie de movilizaciones y expresiones colectivas como el “caracazo” venezolano (1998), las “guerras” del agua y del gas en Bolivia (2002), movimiento anti-clase política en Argentina (2001) y que generaron, al respecto, una serie de interpretaciones sobre el significado transformador que portaban. La pregunta lleva a establecer los aspectos definitorios del neoliberalismo, particularmente en América Latina, para efectos de saber cuán neoliberal se hizo el continente. La pregunta sigue viva, pero reformulada en tiempos más recientes, en que ha surgido una detención y reversión de esa “onda” política y una disminución de la popularidad de algunos de sus procesos exponentes dando lugar a la emergencia de gobiernos que discursivamente retoman banderas liberales previas. ¿Expresa esto último que la tendencia hacia un post NL es con ciclos, no lineal?; ¿operan estos procesos más recientes sobre un fondo ya desplazado en dirección post neoliberal

Democracia en América Latina: reflexiones sobre/desde los tiempos progresistas (Venezuela, Ecuador y Bolivia)

“…Su instalación y profundización estuvo más sistemáticamente sostenido en un núcleo duro de altos tecnócratas, privilegiadamente economistas, liberales locales convencidos, Instituciones liberales internacionales y grandes empresas nacionales o extranjeras exportadoras y trasnacionales. El NL tuvo éxito en articular a las elites, tras un modelo nuevo respecto de las décadas anteriores (González, 2019) pero no en acercar esas elites con la base social y no fue una vía para generar un pacto amplio y una estabilidad de plazo largo. Así, la envergadura de la reestructuración socio-económica de América Latina bajo la orientación NL se apoyó mayormente en un consenso pasivo y en una "hegemonía fáctica", entendida esta como un orden que produce malestar pero que resulta difícil alterar en sus reglas de funcionamiento (González, 2019).…”

“…El NL tuvo éxito en articular a las elites, tras un modelo nuevo respecto de las décadas anteriores (González, 2019) pero no en acercar esas elites con la base social y no fue una vía para generar un pacto amplio y una estabilidad de plazo largo. Así, la envergadura de la reestructuración socio-económica de América Latina bajo la orientación NL se apoyó mayormente en un consenso pasivo y en una "hegemonía fáctica", entendida esta como un orden que produce malestar pero que resulta difícil alterar en sus reglas de funcionamiento (González, 2019).…”

“…El optimismo de parte de algunos sobre un renovado ciclo democrático latinoamericano se desarmó (Sader, 2011). El consumo privado, como vía de integración social, aunque hubo momentos en que se expandió en algunos países, por la apertura a importaciones baratas, dadas las consecuencias económicas antes señaladas no permitió ser una vía sólida de adhesión social al programa NL (González, 2019). Ciertos problemas se siguieron representando en la subjetividad social no como asumibles desde una pura relación entre privados en el espacio del mercado, sino como elementos constituyentes de lo público y que daban fundamentos al reclamo, al derecho y a la necesidad de la política (educación, salud, tierra, alimentación, medio ambiente, seguridad social, vivienda) (González, 2019).…”

“…El consumo privado, como vía de integración social, aunque hubo momentos en que se expandió en algunos países, por la apertura a importaciones baratas, dadas las consecuencias económicas antes señaladas no permitió ser una vía sólida de adhesión social al programa NL (González, 2019). Ciertos problemas se siguieron representando en la subjetividad social no como asumibles desde una pura relación entre privados en el espacio del mercado, sino como elementos constituyentes de lo público y que daban fundamentos al reclamo, al derecho y a la necesidad de la política (educación, salud, tierra, alimentación, medio ambiente, seguridad social, vivienda) (González, 2019). La "democracia realmente existente", comienza a ser leída críticamente desde su "carencia de lo social" y como una barrera para cambios hacia una mayor justicia; una democracia sin el pueblo y de los de arriba; condicionada a mandatos de organismos internacionales que hacen crecer el discurso de la pérdida de soberanía (Stiglitz, 2002).…”

“…27 Esto actuó positivamente en un tiempo largo de los GB dado que América Latina experimentó una década próspera debido al auge en las exportaciones primarias (de commodities). Sin embargo, ello consolidó la estructura primario-extractivista de las economías, sin tendencias a una diversificación productiva y que puede ser considerada una base "infraestructural" de una mayor democratización de la sociedad (González, 2019).…”