El presente artículo refleja un estudio sobre las interrelaciones entre la ortografía y la lexicografía en el marco de la producción de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Como referente de la sanción ortográfica en el léxico, el diccionario fija las modificaciones de la ortografía, pero esos cambios suelen venir motivados por una edición de la ortografía académica o son fruto de un lapso de varias décadas de variación del sistema ortográfico. Lo que cabe esperar, por tanto, es que el Diccionario siga lo que prescribe la Ortografía. Para comprobar si se cumple esta tendencia, este estudio se fundamenta en dos bloques. El primero de ellos, de naturaleza teórica, se centra en aspectos relativos a la introducción de doctrina ortográfica a través de obras académicas, así como en la determinación del criterio de las Academias en torno a las reglas de la escritura de extranjerismos en la Ortografía de la lengua española (2010), el Diccionario de la lengua española (2014) y el Libro de estilo de la lengua española (2018). El segundo bloque lo compone un análisis de contraste de los anglicismos acabados en -ing, los latinismos acabados en -um y en -us, un reducido grupo de latinismos semiadaptados y una serie de cultismos de origen griego con grupos consonánticos en posición inicial. Se pretende, con ello, realizar una reflexión acerca del mantenimiento o la modificación de criterio en la adaptación ortográfica y el tratamiento lexicográfico de esta serie de unidades léxicas. En el caso de que no se produzca la armonía esperada, proponemos una serie de posibles enmiendas, todas ellas orientadas al Diccionario de la lengua española.