“…4 La primera forma de representación corresponde al modelo tradicional: las promesas de gobierno de los partidos en las campañas electorales orientan su acción representativa; la representación anticipativa está vinculada a la idea del voto retrospectivo: los representantes se enfocan en lo que creen que los votantes evaluarán en las futuras elecciones y no en lo que prometieron en el pasado; en la representación giroscópica, los representantes están internamente motivados y actúan sobre la base de unos principios y objetivos fijos; y la representación suplente es aquella que no tiene relación electoral directa: el parlamentario representa a votantes de distritos diferentes al suyo (Mansbridge, 2003(Mansbridge, , 2011 Así las cosas, frente al amplio interés teórico que ha suscitado el tema de los modos de representación política, no puede decirse lo mismo sobre las aproximaciones empíricas. Desde el análisis pionero de Eulau et al (1959), apenas un número reducido ha abordado esta temática y, además, lo han hecho desde una misma perspectiva: atendiendo a las visiones de los propios parlamentarios (Converse & Pierce, 1979;Andeweg & Thomassen, 2005;Brack et al, 2012;Deschouwer & Depauw, 2014). Frente a esta tendencia general, algunas investigaciones recientes han dirigido la atención hacia los ciudadanos, con el propósito de examinar sus preferencias sobre los modos de representación (Méndez-Lago & Martínez, 2002;Carman, 2007;Barker & Carman, 2010;Bengtsson & Wass, 2010).…”