“…El uso problemático del smartphone se ha convertido en un fenómeno global con una prevalencia del 23.67% entre estudiantes universitarios españoles (Ballestar-Tarín et al, 2020); del 62.6% entre adolescentes filipinos (Buctot, Kim, & Kim, 2020), del 29.8% entre universitarios chinos (Chen et al, 2017), del 30.9% entre adolescentes surcoreanos (Cha & Seo, 2018), y del 44.7% entre estudiantes universitarios indios (Kumar, Chandrasekaran, & Brahadeeswari, 2019). En relación con el género, numerosos estudios han encontrado un mayor riesgo de uso problemático del smartphone entre mujeres (Amador-Licona, Carpio-Mendoza, Guízar-Mendoza, & Rodríguez-Sánchez, 2019;Lee, Kim, & Choi, 2017;Lopez-Fernandez, Losada-Lopez, & Honrubia-Serrano, 2015;Nayak, 2018;Randler et al, 2016). Algunos autores explican esta prevalencia en mujeres dado que ellas poseen una mayor orientación hacia las relaciones sociales (Lee et al, 2017;Weiser, 2000); así, las mujeres harían un uso principalmente social del smartphone, fundamentalmente a través de aplicaciones relacionadas con la mensajería instantánea y las redes sociales (Carbonell, Chamarro, Oberst, Rodrigo, & Prades, 2018;Chen et al, 2017); mientras que entre los usuarios varones se encuentran patrones de uso más diversos (De-Sola, Rodríguez, & Rubio, 2016).…”