“…En humanos no se ha considerado patógeno hasta 1985, cuando se describió el primer caso en un paciente inmunodeprimido con bacteriemia, desde entonces el número de casos descritos ha ido en aumento (1). Los factores de riesgo más importantes entre los casos descritos son: neonatos prematuros hospitalizados en unidades de cuidados intensivos, neonatos con diarrea debido a problemas intestinales), niños con síndrome de intestino corto (4,5); peritonitis por Leuconostoc en niños que reciben diálisis peritoneal a tratamiento con inmunosupresores (6); adultos con severa inmunodepresion (sida, neutropenia, diabetes mellitus con insuficiencia renal, edad avanzada, quemaduras graves en la piel) (7,8), con trastornos gastrointestinales (cáncer de esófago, cáncer de páncreas, enfermedades graves hepáticas, desórdenes gastrointestinales con diarrea) (7,9,l0), con procedimientos invasivos (intubación endotraqueal, traqueostomía, con catéteres intravenosos o catéteres de alimentación enteral) (1,2,11,12), con tratamiento antibiótico previo (2) Nuestro paciente no presentaba ninguno de estos factores de riesgo, siendo descartadas puertas de entrada, como los episodios hemorrágicos digestivos, y las alteraciones inmunológicas significativas, que han estado presentes en la mayor parte de los casos descritos hasta el momento actual (2,l4,l5).…”