Las experiencias vitales de una persona determinan en gran medida su presente. Su identidad, su personalidad, su estilo de vida, sus intereses, sus rutinas, todo ello está en gran medida determinado por eventos acontecidos en su vida. A pesar de ello, buena parte de la investigación se ha ocupado tan solo del estudio de los eventos vitales estresantes y su impacto sobre la salud física y mental. Por ello, el objetivo de este estudio es describir la relación existente entre experiencias vitales, tanto favorables como estresantes, y diferentes percepciones de calidad de vida, identificando consecuentemente factores de riesgo y protectores en aras de promover un envejecimiento activo y saludable. Para tal fin, diseñamos y administramos un cuestionario online, PRAMA, a una muestra de 1095 personas adultas y mayores españolas. Se practicaron análisis descriptivos y multivariados utilizando el Modelo Lineal General. Los resultados muestran un mayor impacto de las experiencias vitales estresantes sobre la calidad de vida percibida. De este modo, los adultos y mayores con una calidad de vida más baja experimentan un mayor número de emociones negativas derivadas de dichas experiencias vitales, a lo que se une mayores efectos a corto y medio plazo y un mayor impacto actual. De igual modo, hacen un mayor uso de estrategias desadaptativas como por ejemplo la negación, la renuncia y la autocrítica, en detrimento de las estrategias de afrontamiento activo.Los resultados aquí obtenidos pueden contribuir al desarrollo de actuaciones psicológicas y sociales más exitosas.