“…Estas tendencias comportamentales se vuelven patológicas una vez que nos resultan disfuncionales; por ejemplo, si impiden el desenvolvimiento de nuestra salud. Apoyándonos en la literatura en adicciones (Kurt & Ronel, 2016;Maté, 2009;Pickard, 2020), daremos cuenta de tres niveles de explicación -el biológico, el psicológico y el sociológico -que nos permitirán comprender cómo un hábito incentivado por deseos masoquistas se torna o no patológico (Coluccia et al, 2016;Ellis, 2008;Gebhard, 2008;Goldstein, 1983;Kamel, 2008;Kamel & Weinberg, 2008;Krafft-Ebing, 1892;Kurt & Ronel, 2016;Moser & Levitt, 2008;Wuyts et al, 2021). Interactuamos constantemente con el dolor y lo desagradable y desde hace siglos se ha identificado que el dolor y el placer pueden mezclarse: …cuando el placer prevalece en estas mezclas, la parte del dolor que en ella es inferior produce cosquilleo y hace que se irrite ligeramente, mientras que la parte del placer, que es dominante, lo tensa y a veces lo hace saltar, e infundiéndose toda clase de colores, de gestos, de jadeos, provoca excitación total y le hace dar gritos de locura.…”