Una nueva pandemia en el siglo XXI, generada por un agente viral del tipo coronavirus denominado SARS CoV-2, que produce la enfermedad COVID-19, la misma que debutó a finales del 2019 en China, con una mortalidad importante, que afecta el tracto respiratorio inferior y se manifiesta como neumonía en humanos.
A medida de su expansión mundial, el virus ha presentado mutaciones y por ende variantes fenitípicas que han generado cuadros clínicos que distan mucho de los síntomas descritos inicialmente; más bien, las alteraciones de la coagulación y la intensa inflamación (tormenta de citoquinas) han generado síntomas atípicos y enfoques terapéuticos diferentes; situando a la ferritina y el dímero D como biomarcadores cardinales para decidir anticoagulación y/o terapia anti inflamatoria como corticoterapia, el monoclonal anti IL6 Tocilizumab o el metotrexate, entre otros.
A continuación, presentamos el caso de un paciente diagnosticado de COVID-19 con RT-PCR, que presenta a más de sus manifestaciones respiratorias, un estado protrombótico que desencadenó trombosis intravasculares y posiblemente embolismo pulmonar, con valores elevados de ferritina y dimero D, que luego de anticoagulación y administración de corticoides superó su estado de gravedad extrema y egreso de Terapia Intensiva.