This analysis of Calderonian drama reflects upon the connection between religion and monarchy in Habsburg Spain. Where the incarnations of the Christian ruler in La vida es sueño and El médico de su honra are consistent with curial iconography and social convention in their positive representation of prudent rulership, El príncipe constante presents a messianic royalty that departs from the ethos of courtly restraint, centring as it does on the prince's pathos-ridden martyrdom which is rendered a supreme act of political redemption. While the containment of passions promoted in La vida es sueño and El médico de su honra accords with the rationalization of social life that occurred in tandem with increased institutionalization and bureaucratization, the sacrificial spectacle foregrounded in El príncipe constante resists such trends. This resistance, it is argued, stands as a timely commentary on the shortcomings of courtly constraint. Finally, the rational and pre-rational forms of political exhibition studied here play a formative role in a nascent modern state where the relationship between religion, art and power is in flux. resumen A través del examen de tres obras de Calderón de la Barca, este artículo destaca dos modelos bien diferenciados de entender el vínculo entre la religión y el poder en la España de los Habsburgo. Contrariamente a la celebración del rey prudente que hallamos en La vida es sueño y El médico de su honra, El príncipe constante pone de manifiesto una visión mesiánica del soberano. Al presentar el martirio del príncipe como máximo vehículo de redención política, esta última obra subvierte la ética de la discreción cortesana. El acento puesto en el tormento físico y emocional rompe con las normas de contención que caracterizan tanto La vida es sueño como El médico de su honra. Mientras dichas normas responden a la racionalización de la vida política, i.e. a la institucionalización y burocratización del estado absolutista, el espectacular sacrificio representado en El príncipe constante revela una clara resistencia al pragmatismo emergente. Nos hallamos frente a un comentario sobre las limitaciones de la política de la discreción que prevalece en los centros del poder. Más importante aún, se sostiene aquí que las dos formas de abordar lo político así bhs, 88 (2011) Ariadna García-Bryce 500 como los recursos psicológicos y simbólicos que conllevan, juegan un rol formativo en el estado moderno, en el cual los intercambios entre el arte, la religión y el poder son marcadamente fluctuantes.