“…Ya desde 1932, en un artículo titulado "El arte narrativo y la magia", Borges deja muy claramente establecida su poética sobre el arte narrativo como artificio, donde rechaza el realismo literario y prepara a los lectores para la recepción de sus ficciones, publicadas a partir de 1933, entre las que se encuentran "Las ruinas circulares" (1940), "La biblioteca de Babel" (1939), "El jardín de los senderos que se bifurcan" (1944) y "El Sur" (1953). Según explica el crítico uruguayo Rodríguez-Monegal (1976), la poética narrativa de Borges está fundamentada en su visión de que el mundo real representa un caos, ante el cual la ficción sólo tiene dos caminos: imitarlo y caer en la mímesis o establecer su propio orden, como hace la magia. Comentando el mencionado artículo Rodríguez Monegal señala que en este, Borges concluye:…”