“…En este contexto, emergen perspectivas que privilegian aproximaciones inductivas basadas en la práctica (Ku y Ma, 2015); rechazan los ensayos aleatorios controlados como única forma de construcción de evidencia válida (Webber, 2014); favorecen estrategias de investigación cualitativas y cuantitativas, orientadas por procesos heurísticos que no se rijan por la estandarización de instrumentos y escalas (Dominelli, 2015); proponen una investigación formativa, más que acumulativa, dirigida por los protagonistas de los procesos de intervención (Smith, 2014). Este movimiento en la postura epistemológica para investigar la intervención es denominado investigación basada en la práctica (Practice-based research-PBR), y pretende relativizar la reificación de la evidencia, a través de la propuesta de una práctica informada en evidencia (Evidence informed practice-EIP), pero no basada exclusivamente en ella (Auslander y Rosenne, 2016;Austin e Isokuortti, 2016;Epstein, 2009Epstein, , 2011Epstein, , 2014Epstein, , 2016Epstein et al, 2015;Fouché y Bartley, 2016;Julkunen y Uggerhoj, 2016;Natland, Weissinger, Graaf y Carnochan, 2016;Rawles, 2016;Satka, Kääriäinen y Yliruka, 2016). Estos argumentos abogan por una concepción de las prácticas de intervención más cercana al arte que a las ciencias.…”