“…Debido al incremento de la demanda energética global y la consecuente dependencia de los combustibles fósiles, la obtención de energía eléctrica a partir de la fusión nuclear se plantea como una solución alternativa que permitiría, además, reducir la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera [1][2][3][4][5]. Comparada con las fuentes de energía renovables, la fusión nuclear no presenta la naturaleza intermitente y estacional, ni los problemas de eficiencia en el almacenamiento que tanto caracterizan a estas primeras [1,3,5]. Aunque la gran ventaja que presenta la fusión nuclear es el empleo como combustible de deuterio y litio, ambos disponibles en cantidades virtualmente inagotables, hay también otra serie de argumentos a su favor: además de no producir gases de efecto invernadero, durante el proceso no se generan residuos radioactivos de vida larga, o son muy limitados, y es inherentemente seguro, ya que la reacción de fusión puede detenerse fácilmente si fuera necesario [1,3].…”