ResumenAloy de Montbray es uno de los artistas más documentados y menos conocidos del siglo xiv, a pesar de haber trabajado en la Corona de Aragón durante casi cincuenta años. En este estudio, se ofrece una propuesta razonable sobre sus comienzos profesionales en el Reino de Francia, en el foco artístico parisino donde destacaba como promotora la condesa Mahaut d'Artois, y sobre las circunstancias históricas que favorecieron su presencia como escultor en la Corona de Aragón. A lo largo de su dilatada carrera, trabajó para la alta nobleza, para la Iglesia y, muy especialmente, para el rey Pedro el Ceremonioso, quien le encargó el monumento funerario de su madre y, más tarde, el suyo propio, con cuya realización dio comienzo a los Panteones Reales de Poblet. Para conseguirlo ha sido preciso llevar a cabo una revisión razonada de su obra, a partir de la documentación, el debate historiográfico y el análisis directo de la misma.