IntroducciónSi bien en la introducción revisamos el desarrollo de los estudios regionales y las rutas por las cuales llegamos al momento en que nos encontramos, en este capítulo contextualizamos los artículos anteriores entre las tendencias actuales y consideramos las direcciones futuras que la arqueología regional promete seguir. Discutimos las cuestiones más urgentes que quedan por resolver, las bases de datos que hoy en día faltan para llegar a estas metas y concluimos con una mirada al rumbo que podría seguir la arqueología en Chachapoyas en el futuro.En la introducción dirigimos nuestra atención a un tema principal que queda por resolverno por falta de datos, sino por la falta de diálogo entre los investigadores que ha caracterizado los estudios regionales en el pasado-. Este tema es la identificación de ¿qué fue Chachapoyas?, el cual impulsó la organización del simposio que dio origen a este volumen. Aunque parece una cuestión simplista, tal vez anticuada, a la luz de los nuevos datos, consideramos el acto mismo de plantearla, algo imprescindible para el avance de los estudios regionales. Si bien en las secciones subsiguientes consideramos las cuestiones que se resolverán mediante la recolección de datos, el tema que discutimos en esta primera parte solo se resolverá mediante una reconsideración de los marcos interpretativos en que se fundamentan las investigaciones.
¿Qué fue «Chachapoyas»?En el capítulo de introducción, trazamos los senderos históricos e historiográficos por los cuales se desarrolló el uso contemporáneo del término «Chachapoyas». En resumen, planteamos la idea de que antes de la conquista inkaica nunca existió ningún tipo de unidad integrada -de carácter político, étnico, ni cultural-, que fuera coextensiva con la región que los estudiosos ahora denominan «Chachapoyas». Ahora, mirando al futuro de los estudios regionales, quisiéramos esbozar las implicancias de esta conclusión para la interpretación arqueológica. En otras palabras, ¿cómo se debe entender las relaciones sociales y culturales que los habitantes de esta región mantenían entre sí y con los habitantes de otras regiones? Y, ¿si descartamos la idea de «los chachapoya», ¿cuáles serían los marcos interpretativos que puedan orientar los estudios de los Andes nororientales prehispánicos?