“…Mientras que el entrenamiento mediante sprint repetidos es efectivo para una amplia variedad de componentes del rendimiento físico (Taylor, Macpherson, Spears, & Weston, 2015), hay consideraciones clave en la programación del entrenamiento, especialmente relacionadas con el volumen (número de sprints y distancia de sprint) la densidad (relación trabajo/recuperación) y el tipo de esfuerzo (línea recta o cambio de dirección), para inducir adaptaciones positivas en el rendimiento. La competición no solo demanda esfuerzos en línea recta en los deportes colectivos, sino la realización de cambios de dirección (Stolen, Chamari, Castagna, & Wisloff, 2005), por lo que el entrenamiento de sprint repetidos con cambios de dirección podría originar adaptaciones que mejoren el rendimiento en el RSA y en la competición (Hader, Mendez-Villanueva, Ahmaidi, Williams, & Buchheit, 2014). Estos cambios dirección pueden estimular en mayor medida el componente neuromuscular, mejorando la fuerza explosiva de los deportistas (Attene et al, 2015), pero a costa de una menor velocidad alcanzada durante el entrenamiento.…”