“…En productos cárnicos emulsionados, las proteínas de soya promueven la absorción y retención de grasa, por tanto se disminuyen las pérdidas durante la cocción y se mantiene la estabilidad dimensional. El IAL de la harina de L. culinaris fue de 2,01 ml de aceite/g de muestra; menor a lo reportado para la harina de Glycine max (3,17 ml de aceite/g de muestra), pero mayor a la harina de Vigna Sinensis (1,73 ml de aceite/g de muestra), Triticum durum (0,38 ml de aceite/g de muestra) y Phaselous vulgaris (1,36 ml de aceite/g de muestra) y muy similar a la harina de Erthrina edulis (2,54 ml de aceite/g de muestra), lo cual es un indicador de que puede ser empleada en productos cárnicos, porque promueve la absorción y retención de grasa, lo que en consecuencia, podría ayudar a disminuir las pérdidas durante el escaldado y a mantener la estabilidad de la emulsión (Marchetti, Andrés y Califano, 2014). La habilidad para absorber y retener dichos compuestos es un indicativo de la capacidad que tienen las proteínas para enlazar agua, que influye drásticamente en la textura y las propiedades sensoriales de los productos a consumir (Goesaert et al, 2005).…”