A través de un breve ejercicio de arqueología gnoseológica, nuestro artí- culo busca deslindar la relación que se le ha atribuido a Churata con la vanguardia y, específicamente, con el surrealismo. Para esto, revisamos los orígenes, más próximos, del mismo, localizados en la condena del sueño llevado a cabo, por Descartes, en El discurso del método. Luego de pasar este repaso por una criba, sostenida por Nietzsche y Foucault, lo contrastamos con las ideas que el escritor arequipeño esbozó en el Boletín Titikaka entre los años 1926 y 1928. A partir de este seguimiento y comparación, es posible afirmar que El pez de oro, principal objeto de estudio churatiano, se encontraría fuera de los intereses epistémicos de la crisis occidental y, por este mismo motivo, se convertiría en una respuesta para esta situación límite a comienzos del siglo xx. Esta conclusión fue posible gracias a un seguimiento detallado de los límites estéticos del proyecto de la modernidad.