Ignorada o despreciada por la mayor parte de la crítica literaria peruana durante los decenios pasados, la obra literaria de Arturo Peralta Miranda (1897-1969) -más conocido bajo el pseudónimo "Gamaliel Churata"-ha sido revalorizada en años recientes por toda una serie de estudios científicos (véanse Aramayo; Unruh; Badini; Gonzalez Vigil; Huamán; Gonzáles Fernández y Ríos Moreno; Pantigoso), a pesar de que solamente parte de ellos han sido publicados. Del mismo modo, también la revista literaria dirigida por Churata, el Boletín Titikaka, ha sido objeto de trabajos críticos (véanse Wise; López Lenci; Vich; Zevallos Aguilar), dado que proporcionó un espacio abierto tanto para los miembros del grupo vanguardista puneño Orkopata, liderado por Churata, como para otros poetas y ensayistas peruanos y latinoamericanos, mediando entre un nivel regional y nacional, e incluso internacional, al haber establecido canjes con revistas importantes de Buenos Aires, México, París y Berlín, por ejemplo. En la obra más importante de Churata, en el marco del libro casi críptico titulado El pez de oro -escrito desde los años veinte del siglo XX, pero recién publicado en el exilio boliviano en 1957-, el autor teoriza la poética empleada por los integrantes del Grupo Orkopata. El libro consiste en un conglomerado textual híbrido, en el que se alternan prosa y poesía vanguardista, ensayos de contenido filosófico y elementos dramáticos, todo escrito en un castellano barroco y altamente indigenizado, un lenguaje que contiene una variedad de conceptos y neologismos en quechua y aymara. Ocupa pues -justamente por estas características-una posición singular y al mismo tiempo ejemplar dentro de la producción literaria de los países andinos del siglo XX. No es ninguna exageración afirmar que El pez de oro es una de las obras literarias claves de la modernidad peruana y andina. Una modernidad que se forjó o se está tal vez forjando todavía, a partir, por un lado, de un proyecto de modernización tecnológica y política y, por el otro, del intento a menudo contradictorio a este propósito, consistente en integrar la población indígena, con todas sus creencias y estructuras sociales consideradas premodernas, al Estado nacional moderno en formación. A El pez de oro le corresponde tal estatus, dentro de las letras andinas, porque trata de sintetizar, de manera radical, las poéticas vanguardistas de la época con el discurso indigenista, produciendo una estética muchas veces incomprendida, que busca basarse explícitamente sobre las premisas cosmológicas de las culturas indígenas andinas en transformación.
MARCO THOMAS BOSSHARDDado que el marco restringido de este artículo no me permite resumir todas las partes de mi interpretación de El pez de oro, que desarrollo más ampliamente en otro lugar -en una monografía que, hasta ahora, sólo está accesible en lengua alemana-, 1 me limitaré a esbozar cómo se efectúa esta construcción de una estética andina en conexión con el vanguardismo literario en la escritura de Gamaliel Churata, dejando de lado otros aspec...