“…Resulta interesante, en este escenario, el talante marcadamente ecléctico y no partidario del grupo de profesionales que se sitúan en torno a Clínica y Análisis Grupal, sus preocupaciones teóricas y la voluntad de desarrollar una psicología con compromiso social y político. La lucha antifranquista y la movilización social llegó también al sector de la salud mental, con cuestionamientos y alternativas a la medicina mental y a la psicología clínica (Huertas, 2017) y con propuestas y experiencias de mejora de la asistencia psiquiátrica desde una perspectiva crítica, comunitaria, y en pos de una mayor horizontalidad tanto hacia los pacientes como entre los propios profesionales, lo que tomaría forma de huelgas, encierros y actos de solidaridad contestados con duras medidas administrativas y policiales, como dan cuenta los procesos de lugares como el Hospital Psiquiátrico de Asturias, las Clínicas de Ibiza 43 en Madrid, el Hospital Psiquiátrico de Salt o el Sanatorio Psiquiátrico de Conxo durante las llamadas luchas psiquiátricas del tardofranquismo (Sáez Buenaventura, 1978;González de Chávez, 1980;Irisarri, 2017;Huertas, 2019).…”