Este artículo pretende ser una reflexión teórica en torno a los procesos de institucionalización y normalización del patrimonio cultural, inmaterial y natural. Desde nuestra perspectiva, los tres dominios patrimoniales nacen y se desarrollan en el mismo contexto sociopolítico, contando con instrumentos y agencias similares. Pero, en sus procesos de edificación y autentificación, se produce una inversión en términos discursivos muy significativa. Si en el llamado patrimonio cultural asistimos a lo que denominamos una culturización de la naturaleza, en el patrimonio inmaterial y natural presenciamos una naturalización de la cultura. Esta inversión, reflejada en prácticas y ficciones diferenciadas, nos permite indagar sobre las lógicas desplegadas por el llamado discurso patrimonial autorizado. A través de las mismas, podemos entender cómo se han ido configurando, a lo largo de los últimos dos siglos, los procesos patrimoniales. Nuestra propuesta pasa por considerar, en primer lugar, que los distintos patrimonios han actuado como instrumentos de dominación edulcorada, al confinar, codificar y asignar campos diferenciados amparados en lo disciplinario. Y, en segundo lugar, que esta disección patrimonial jerarquizada permite entender cómo se han conformado las políticas geopatrimoniales globales, a través de potentes instituciones especializadas, productoras de topografías metaculturales.