La esquizofrenia es una patología crónica y grave que se caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones, síntomas negativos, desorganización del pensamiento y del comportamiento. Si bien su prevalencia en menores de 13 años es muy baja, aumenta sustancialmente durante la adolescencia. Cuando se desarrolla antes de los 18 años se denomina esquizofrenia de inicio precoz y representa del 12 al 33 % del total de los individuos con este trastorno. Existen fármacos como el haloperidol, risperidona, paliperidona, aripiprazol, olanzapina, quetiapina, brexpiprazol y lurasidona aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento de la esquizofrenia en adolescentes. Sin embargo, a excepción del haloperidol, todas las indicaciones farmacológicas que se realizan para tratar este trastorno en menores de 13 años resultan “off label” (fuera de las indicaciones de la ficha técnica). Si bien esta práctica no se encuentra prohibida, conlleva riesgos adicionales. En el siguiente trabajo se revisará la evidencia disponible acerca del uso de los antipsicóticos para el tratamiento de la esquizofrenia en la población infantojuvenil, con el objetivo de realizar una síntesis de la información con aplicabilidad clínica.