La conocida como regla de las tres erres es una práctica extendida en la actualidad para tomar conciencia de que los recursos con los que contamos son escasos. Sin embargo, en la Edad Media estos parámetros formaron parte de la cotidianeidad, ya que el objetivo principal fue, por un lado, alargar el ciclo de vida de los bienes de consumo mediante reparaciones y remodelaciones y, por el otro, reutilizar y reciclar materias y subproductos generados en determinadas actividades industriales y agroganaderas. En esta contribución trataremos de incidir en la capacidad de la sociedad medieval para analizar el entorno con un criterio de circularidad y para desarrollar modelos de negocioque se basaron en la reutilización de bienes como el mercado de objetos de segunda mano, otra actividad secular que ha experimentado un boom en la actualidad al calor de la nueva ética social y medioambiental.