“…Las competencias parentales (CP) se definen como las capacidades prácticas de los padres para responder a las necesidades de cuidado, protección y educación de sus hijos, de manera que su desarrollo pueda estar asegurado (Barudy y Dantagnan, 2005). Estas capacidades, se dividen en cuatro grandes grupos: i) vinculares: corresponde al conjunto de conocimientos, actitudes y prácticas cotidianas de parentalidad y crianza orientadas a la promoción de un apego seguro, incluyendo mentalización, sensibilidad parental, calidez emocional e involucramiento parental; ii) formativas: es el conjunto de conocimientos, actitudes y prácticas orientadas al desarrollo, aprendizaje y socializacion de los hijos e incluye acciones de estimulación para el aprendizaje, guía, orientación y consejo, definición de normas y hábitos y socialización; iii) protectoras: corresponde al conjunto de conocimiento, actitudes orientado al cuidado y protección de los hijos, que garantice el desarrollo físico, emocional y sexual a traves de cuidados cotidianos, garantías de seguridad, organización diaria y gestión de apoyo social; iv) reflexivas: las que corresponde al conjunto de conductas, conocimientos y actitudes orientadas a identificar las propias trayectorias de parentalidad, así como monitorear las prácticas parentales actuales y evaluar el curso del desarrollo del hijo/a por medio de la anticipación, monitoreo, metaparentalidad y autocuidado parental (Barudy y Dantagnan, 2005;Gómez y Muñoz, 2015;Santelices et al, 2012).…”