“…Los ODS desde la TSI poseen una relación intrínseca ya que ambos contribuyen a la instalación de metas y el desarrollo de esfuerzos que buscan reformar la sociedad y reforzar el sentido de conciencia humana, lo que trae consigo el reconocimiento que posee el comportamiento socialmente responsable, debido a los valores que se evidencian en el actuar de cada persona (Contreras-Pulache et al, 2018). Lo antes señalado, se complementa con el pensamiento complejo, entendido como el estudio de los acontecimientos sociales y ambientales en un proceso continuo de organización y reorganización resultante de la conexión entre diferentes dimensiones económicas, políticas y sociológicas; y, de la misma forma, a la transdisciplinariedad como el estudio científico basado en la investigación sistemática de una totalidad organizada, con el involucramiento de los actores sociales (Tobón y Luna-Nemecio, 2021). En este sentido, de la visión integrativa de los subsistemas de la conciencia (afectivo-emotivo, cognitivo-productivo y conativo-volitivo), se pueden obtener una nueva perspectiva estratégica de intervención, contribuyendo al diseño de políticas públicas y privadas cuyo fin sea la búsqueda de las modificaciones de las concepciones colectivas de sustentabilidad y comportamiento humano (Sarmiento-Peralta et al, 2021), para lo cual es preciso, construir un sustento epistemológico que fortalezca e impulse lo logrado (Kioupi y Voulvoulis, 2019), permitiendo disponer una explicación teórica del comportamiento humano (Kim et al, 2021).…”