“…última se observa la creciente incorporación de la categoría del compromiso marital para el abordaje de las distintas expresiones de abuso contra las mujeres unidas, cuya condición de análisis es el estado marital: matrimonio o cohabitación que, aunque similares, difieren en el grado de estabilidad familiar(Rhoades et al, 2006;Kamp Dush et al, 2014;Stanley et al, 2017;Ripoll-Núñez y Cifuentes-Acosta, 2019) y en la probabilidad del surgimiento de violencia(Cáceres, 2011;Vatnar y Bjørkly, 2012).En décadas recientes, se ha documentado un incremento de uniones consensuales bajo diferentes criterios: la vieja cohabitación, sancionada socialmente y sujeta a las normas comunitarias, habitual en poblaciones originarias de América Latina, y la nueva cohabitación, modalidad marital notablemente creciente en todo el mundo -incluidos los países latinoamericanos-y asociada a cambios ideacionales en la población joven y también a la pérdida de vigencia de la institución del matrimonio(Esteve et al, 2012). Para los autores, América Latina se caracteriza por un patrón mixto de nupcialidad, producto del mestizaje en el cual coexisten prácticas6 No existe consenso sobre la definición de compromiso interpersonal en una relación de pareja Owen et al (2011).…”