En el presente artículo se realiza un análisis de la forma en la que los blanqueadores de activos han procurado desviar sus actividades criminales de sectores muy regulados como el financiero, a otros con gran movimiento de dinero y con menor normatividad como la transferencia internacional de futbolistas. En el estudio se evidencian los esfuerzos realizados por los Estados y las organizaciones que regulan el fútbol a nivel mundial y regional, para evitar ser utilizados para el blanqueo de capitales.