Introducción La pielonefritis xantogranulomatosa (PNX) fue descrita por primera vez en 1916 por Schlagenhaufer (4). Se trata de una forma infrecuente de infección crónica renal que afecta principalmente de forma difusa y en escasas ocasiones con distribución focal (1-3) , siendo necesario en estos casos realizar el diagnóstico diferencial con las neoplasias renales. Se ha asociado a distintos mecanismos etiopatogénicos como son la obstrucción crónica del tracto urinario, hemorragia, insuficiencia arterial, obstrucción venosa, alteración del sistema inmune, alteración del metabolismo de los lípidos, hiperparatiroidismo y diabetes mellitus (2,3,5-7). La entidad es más prevalente entre la quinta y séptima década de la vida y más frecuente en mujeres (70%), a excepción de aquellas que se producen a edades tempranas que no presentan diferencia entre sexos (2,3). La clínica es inespecífica y de evolución tórpida, destacando síntomas como astenia, pérdida de peso, dolor en fosa renal y febrícula recurrente. En la ex