A partir de la incorporación definitiva de la Argentina a la división internacional del trabajo hacia 1880, el capital británico ocupará un lugar destacado en la creación de una extensa red ferroviaria. En este contexto, Ingeniero White, fundado como localidad portuaria, está íntimamente ligada a la empresa de capitales británicos del Ferrocarril del Sud, que en septiembre de 1885 habilitó un muelle de hierro al cual llegaban las vías del ferrocarril. También recibió el primer contingente de inmigrantes en 1911, cuando se intentaba encauzar su localización en el interior del país. Este proceso de desarrollo posibilitó que el puerto de Bahía Blanca y la localidad de Ingeniero White presenten una diversidad de componentes culturales de significancia histórica para la sociedad local.
Sin embargo, el avance de una dinámica apática patrimonial por parte de actores políticos y económicos (Pinassi, 2018) ha derivado en un proceso de degradación que activó reclamos y proyectos que aspiran a preservar este patrimonio cultural asociado a la actividad ferroportuaria. Por ello, a fin de preservar el patrimonio, y de contrarrestar aquellos acontecimientos que lo pusieron en peligro, en el año 1987, por iniciativa de un grupo de vecinos, se crea el Museo del Puerto, primer museo portuario de la localidad de Ingeniero White. Posteriormente, en el año 2003 nace Ferrowhite, instalado en el edificio que fuera taller de la usina General San Martín.
Este trabajo pretende analizar el rol que cumplen los museos de la localidad de Ingeniero White en la preservación del patrimonio portuario. Para ello, se examinarán las diferentes estrategias que llevan a cabo dichos museos a los fines de posibilitar la puesta en escena del testimonio histórico de cada bien cultural, sensibilizando la opinión pública, contribuyendo a la educación cultural de la comunidad local y al fortalecimiento de la identidad.