Los cambios culturales y dinámicas del mercado han convertido el consumo en elemento importante de las sociedades modernas involucrando a los niños, niñas y adolescentes como sujetos consumidores, en categoría de compradores, influenciadores de compra o en usuarios finales lo que los vincula en la relación de consumo; sin embargo, a pesar de que son sujetos activos en esta relación, las categorías de clasificación de consumidores no permiten una protección efectiva de los derechos de los menores lo que hace importante revisar la clasificación de consumidor vulnerable adoptada por el ordenamiento jurídico español como medio para la realización efectiva de sus derechos.