“…Numerosos estudios señalan una importante afectación de ésta corteza, de manera particular, la atención se ha centrado en analizar las relaciones existentes entre la corteza prefrontal y la afectación de las funciones ejecutivas en este tipo de pacientes (A. Verdejo-García, Pérez-García, Sánchez-Barrera, Rodríguez-Fernández, & Gómez-Río, 2007). Según estudios recientes (Madoz-Gurpide et al, 2009), existen tres regiones especialmente implicadas, a nivel clínico, en los consumidores de cocaína: el cortex orbitofrontal, que media en los efectos de recompensa de la sustancia, así como en los comportamientos impulsivos y en la toma de decisiones (Volkow & Fowler, 2000); la corteza dorsolateral, que integra la información sensorial que procede del sistema límbico, esto es, nuestra vida emocional básica, organización de acciones, planificación de tareas, resolución de problemas y memoria operativa; y la corteza paralímbica, que nos viene a aportar el elemento motivacional. Estas tres regiones quedan ampliamente afectadas en el abuso de cocaína (Goldstein et al, 2007;Madoz-Gurpide et al, 2009).…”