En el presente artículo, examinamos la ocupación de determinados espacios en la ciudad de Río de Janeiro por parte de Negro Mendes, conjunto dedicado a la música afro peruana y formado principalmente por inmigrantes latino-americanos en el 2002. Nuestro objetivo es evidenciar que Negro Mendes desestabiliza ideas relacionadas con expectativas sobre la identidad nacional peruana legitimada, disputando, por lo tanto, marcas de identificación vinculadas a lo peruano y a lo que significa habitar la ciudad de Río de Janeiro. Para tal, nos valemos del trabajo de campo etnográfico realizado junto a Negro Mendes entre 2013 y 2017. Buscamos producir conocimiento a partir de nuestros vínculos con el grupo, acompañando a sus integrantes en diversas situaciones que de algún modo se cruzaban con Negro Mendes. Esto incluyó numerosos trayectos por espacios asociados con la vida privada, así como recorridos por lugares relacionados con el disfrute público de los habitantes urbanos, como salones de fiestas, auditorios, centros culturales y discotecas. Teniendo como base este trabajo de campo, en este artículo abordamos la migración peruana a la luz del proceso de legitimación de ciertos repertorios simbólicos dentro del proyecto nacional peruano, históricamente fundamentado en la noción de mestizaje. También consideramos las estrategias de Negro Mendes para construir sus públicos. Tales estrategias implican el tránsito por géneros musicales legitimados, así como la negociación de expectativas alrededor del repertorio del grupo. De este modo, resaltamos la importancia de una red de solidaridad regional construida a partir de intereses diversos y en ocasiones turbulentos, los cuales dialogan con y tensionan múltiples referencias a la nacionalidad peruana y al hecho de habitar Río de Janeiro. Así, Negro Mendes nos ofrece perspectivas para imaginar las ciudades musicales contemporáneas del Sur Global.