“…A su vez, diversos estudios encontraron que las familias manifiestan sentimientos de incertidumbre, miedo, intranquilidad, angustia, estrés y frustración (Inchausti et al, 2020;Johnson et al, 2020;Puerta-Cortés, 2020;Rodríguez-Quiroga et al, 2020), pero también actitudes de responsabilidad y cuidado frente al COVID-19 ( Johnson et al, 2020), Además de lo anterior, encuentran que se ha dado una afectación de la salud mental en general y que esta varía de acuerdo a diferentes condiciones, es así como Johnson et al (2020), argumentan que el impacto en la salud mental es desigual según el género, el nivel educativo y el confort percibido en el hogar; por su parte, Serafim et al (2021), encontraron que las personas que tuvieron contacto con conocidos que tuvieron COVID-19 estuvieron más propensos a la afectación de su salud mental. También hay hallazgos empíricos en este tiempo de crisis, que muestran las familias como un escenario que le permite a sus miembros expresar con libertad sus ideas, presiones y temores, en especial relacionado con el virus, generando incluso, consensos y disensos, posturas y comportamientos diferentes en cada uno y que pudieran convertirse en conflictos y crisis al interior del hogar (González-Velásquez, 2020).…”