“…La segunda dimensión distingue exclusivamente entre jóvenes víctimas y agresores. Coincidentemente, con otras investigaciones las víctimas, en comparación con los agresores, se caracterizan por presentar niveles más altos de autocontrol y de dimensiones inhibidoras de la socialización (retraimiento y ansiedad/timidez) (Caballero et al, 2018;Mendoza & Maldonado, 2017), un mayor nivel de estudio de los padres (Hoyos et al, 2008), temor de ir a la escuela algunas veces y se encuentran afectadas en algunas actividades por la violencia en la escuela (UNESCO, 2019). Esto indica que la asociación entre violencia en la escuela y el estilo de socialización provoca un sentimiento de soledad y aislamiento social que dificultaría, en gran medida, su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes (Polo, 2015).…”