El presente escrito comparte la experiencia de preguntarse sobre uno mismo como docente universitario, las relaciones con el otro y la institución en la que se trabaja, a fin de visibilizar desde allí cómo se condiciona la práctica y la identidad profesional, convirtiéndose el ejercicio en un doble desafío, pues por una parte conlleva a los propios docentes universitarios a auto-revelarse cómo cada uno se mira, piensa y siente en relación a su ejercicio profesional, y por otra, con respecto a la dinámica universitaria imperante. Bajo esta tónica se entró en diálogo con un grupo de nueve profesores de tiempo completo (PTC) adscritos a una universidad pública de la región sur-sureste de México, quienes a partir de la pregunta “¿Quién soy como docente universitario?” narraron cómo incursionaron o se han constituido profesionalmente como docentes, y lo que ha conllevado su ejercicio profesional dentro de la universidad. A partir de la recuperación de las narrativas docentes logra advertirse una fuerte conexión y tensión entre el sujeto docente y las identidades docentes hegemónicas, propendiendo estas últimas a que las vidas de los docentes universitarios discurran cautivas en una institución que prescribe lo que cada cual tiene que ser y hacer, sometiéndolos de este modo y cautelosamente a despojos, vejaciones y adaptaciones. No obstante, los docentes universitarios también han aprendido a entablar alianzas y adecuarse a lo que la figura de poder en turno demande, a ser indiferentes hacia el otro, pues ese otro no importa como para garantizar un bienestar común.