“…Como ya señalábamos en la introducción, la realidad de las aulas actualmente es muy distinta la de hace unas décadas, requiriendo del profesorado no sólo una adaptación a esa heterogeneidad social y cultural, sino una gestión eficiente de la misma (Howard & Aleman, 2008) para lograr una educación inclusiva (Cabré Olivé, Flecha-Garcia, Ionescu, Pulido & Sorde-Marti, 2017;Koustourakis, Asimaki & Spiliopoulou, 2016;Aubert, Villarejo, Cabré & Santos, 2016), y el éxito académico para todos y todas (cuando la última prueba PISA -OCDE, 2016a-nos indica que la diferencia de rendimiento en la misma de alumnado inmigrante respecto al nativo es de 50 puntos menos). En el centro de dicha gestión se encuentra, sin duda, el profesorado, existiendo una evidenciada repercusión en el alumno de las actitudes, creencias y competencias del docente, especialmente en el caso del alumnado diverso.…”