“…Keltner, Gruenfeld y Anderson (2003) entienden el poder como la capacidad relativa de un individuo para modificar el estado de otras personas a través de la provisión o negación de recursos o la administración de castigos. Tener poder no solo implica una oportunidad para incrementar el beneficio personal, sino que también ofrece una oportunidad para utilizarlo en beneficio de los demás (Chen, Lee-Chai, & Bargh, 2001;Sassenberg, Ellemers, & Scheepers, 2012;Sassenberg, Ellemers, Scheepers, & Scholl, 2014;Scheepers, Ellemers, & Sassenberg, 2013;Torelli & Shavitt, 2010;Zhong, Magee, Maddux, & Galinsky, 2006). A la creencia generalizada de que el poder corrompe y de que quienes lo sustentan solo miran por su propio interés (Fiske, 1993;Galinsky, Gruenfeld, & Magee, 2003;Keltner et al, 2003), se oponen numerosos estudios que apoyan la idea de que aquel también puede ser un instrumento para promover conductas a favor de la sociedad.…”