Introducció nEn el desarrollo del cá ncer intervienen factores gené ticos y ambientales, contribuyendo ambos en diferentes proporciones segú n el tipo y localizació n de los tumores. En el caso del cá ncer cutá neo melanoma (CCM) y no melanoma (CCNM) sabemos que hay grupos de població n especialmente predispuestos y que la radiació n ultravioleta (RUV) que incide sobre la piel y se acumula durante añ os es el principal factor exó geno implicado. La aparició n de uno u otro tipo de tumor depende del tipo de stem cell donde se producen las alteraciones moleculares inducidas por la RUV y el patró n de exposició n solar (con o sin quemaduras en la infancia y exposició n acumulada continua versus intermitente). Es bien conocido para los dermató logos que muchos pacientes que presentan un CCNM con gran probabilidad desarrollan segundas neoplasias, y se convierten en pacientes asiduos en nuestras consultas durante meses y añ os. La clave para explicar este hecho es que la piel fotoexpuesta se comporta como un campo de cancerizació n, con un gradiente de alteraciones moleculares acumulativas inducidas por la RUV en estas zonas corporales. El objetivo de este trabajo es revisar este concepto y destacar sus implicaciones prá cticas en el día a día, con é nfasis en los tratamientos dirigidos al campo de cancerizació n o campo de carcinogé nesis en las queratosis actínicas (QA).
De la queratosis actínica al carcinoma espinocelular invasivo: un modelo de progresió n tumoralSin duda el modelo de progresió n tumoral má s frecuente y accesible en la prá ctica mé dica es la QA. Supone el tercer o cuarto motivo má s frecuente de consulta al dermató logo, llegando a representar hasta un 5-6% de los pacientes atendidos 1 . Predominan en pieles con fototipos claros, afectan má s a varones que a mujeres, se localizan mayoritariamente en zonas fotoexpuestas de forma habitual, sobre todo en el cuero cabelludo alopé cico, y su incidencia se incrementa con la edad. Algunos estudios apuntan que, aproximadamente, entre un 10 y un 20% de la població n mayor de 60 añ os tiene QA. Su relació n con el carcinoma epidemoide cutá neo (CEC) es bien conocida: aproximadamente un 60% de se desarrollan sobre QA clínicamente evidentes, y en casi la totalidad de las piezas de exé resis de CEC existen datos histoló gicos de QA en la epidermis contigua. Sin embargo, la probabilidad de que una QA considerada individualmente se transforme en un carcinoma es muy baja. De una forma aproximada y nemoté cnicamente fá cil de recordar podríamos estimar que una persona con 10 QA tiene una probabilidad del 10% de desarrollar un CEC al cabo de 10 añ os. En pacientes trasplantados de ó rgano só lido la frecuencia de QA se multiplica por 250 y el riesgo de transformació n en un carcinoma por 100 2-4 . p i e l ( b a r c ) . 2 0 1 5 ; 3 0 ( 6 ) : 3 5 2 -3 5 7