“…hombre con 12 años de consumo se encontró atrofia cerebral y cerebelar difusa y axonopatía gigante central y periférica, el cuerpo calloso se encontraba atrófico como consecuencia de la pérdida de neuronas en el neocórtex, 89 además de un incremento en la tasa de anomalías cromosómicas y en la frecuencia del intercambio de cromátidas hermanas. 90,91 Por otro lado, Ortiz y Caudillo (1985), 91 realizaron una evaluación cognitiva en un centro de readaptación social con niños que habían vivido en las calles e inhalado solventes, la media del coeficiente intelectual (CI) fue de 77, presentaron disminución de la memoria pasiva y receptiva, fallas en la formación de conceptos, abstracción y baja capacidad de juicio, análisis y síntesis.…”