“…En referencia a las fábulas, cuya enseñanza moral ha tenido como destinatario preferente a los niños, Pack Carnes propuso antifable (antifábula) "on analogy to Wolfgang Mieder's term "Anti-Sprichwort" o "anti-proverb" para referirse a "a retelling of a known fable as a parody or satire of that form" (Carnes, 1992, p. 18). El origen de estas antifábulas se remonta a finales del siglo XIX (Matić, 2017) y en la literatura infantil se han incrementado en las últimas décadas (Gómez y Ortiz, 2021;Marreiro, Balça y Azevedo, 2010;Montaner, 2014) con la intención de ofrecer nuevos valores con su consiguiente potencial educativo. Por lo que se refiere al cuento popular, cabe decir otro tanto.…”