“…Sin embargo, durante tiempo y de manera recurrente, se ha tenido la tendencia a transmitir a los/as estudiantes una idea de saber y práctica profesional asentada en modelos de ascendencia positivista (Sangrà et al, 2020) con los que poder determinar a priori las formas de intervención a aplicar, específicas, contextualizables y medibles, albergando la idea de que esa relación debía conllevar cierta distancia, percibida como necesaria, para generar una buena intervención. Además, se ha considerado importante que, en ese encuentro, el profesional no se viera afectado por la problemática abordada, pues de lo contrario podría ver comprometida su propia capacidad.…”